"... Sin el trabajo de la muerte,...el hombre tendría escasas posibilidades de cuestionarse, de deshacer sus vínculos ( a veces esenciales) largamente tejidos, de provocar rupturas dentro de sí mismo. Todo trabajo sobre sí es un trabajo doloroso donde el hombre toma conciencia de lo que pierde sin estar seguro de ganar y sin poder comprender, si ése es el caso,lo que va a ganar. Pero, en efecto, "paradójicamente cuando el individuo ya no tiene miedo de perderse es cuando tiene más posibilidades de alcanzar realmente lo que es" ( M. del Mar Uzán) . Cuando el hombre acepta sus inconsecuencias, sus incoherencias, contradicciones, conflictos, incluso sus fracasos, cuando vive esta experiencia todo lo que es posible vivirla, sin caer en el "des-ser" mortífero, cuando hay "caos en él", cuando es capaz de reconocerlo y afrontarlo, tal vez entonces,..."pueda dar a la luz una estrella que danza". Para lo cual el individuo denominado normal, acorazado en sus certezas, será definitivamente inepto."
Enriquez, Eugène i altres
La Institución y las Instituciones. Paidos